La batalla de cada día: Atención versus complacencia

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En momentos específicos del año, diversas organizaciones se toman un «descanso» para tomar conciencia sobre la salud y la seguridad de su fuerza laboral y su entorno de trabajo. En realidad, la salud y la seguridad no tienen una cronología ni un calendario; son incesantes. La seguridad no se toma un descanso estos días de celebración. Los incidentes pueden ocurrir las 24 horas del día, siete días a la semana, sin excepciones.

Uno de esos días se acerca: el 28 de abril es el día de la salud y la seguridad en el trabajo de las Naciones Unidas. Este año, Golder no ha planificado actividades específicas para conmemorarlo. En su lugar, trabajaremos como de costumbre y será un día más en la oficina o en el campo. El 28 de abril será igual al 27 o al 29 de abril ya que nuestra gente seguirá respetando el compromiso de trabajar de manera segura, completar su Take 5, redactar su plan de gestión de viajes, elaborar un plan de HSSE, liderar una pequeña reunión sobre riesgos antes de comenzar a trabajar o celebrar una reunión de oficina donde se hablará sobre salud y seguridad.

Si bien los días conmemorativos son importantes para crear conciencia, es la constancia diaria lo que nutre y sustenta una cultura de seguridad. Sin embargo, la constancia puede abrir el camino a la confianza excesiva y esa es la batalla que todos libramos a diario. Elija un día como el 28 de abril y úselo para librar esa batalla. Pregúntese: «¿En qué he empezado a confiarme demasiado? ¿Qué puedo hacer para cambiarlo?»

La rutina matutina

En muchos casos tenemos una sensación de seguridad cuando estamos en el trabajo. Contamos con planes de salud y seguridad, entendemos cómo responder ante emergencias y estamos atentos a nuestros colegas. Muchos de nosotros no pensamos en todos los accidentes que podríamos tener en casa o en el trayecto. Y no se trata solo de los accidentes, sino que también debemos preguntarnos si estamos atentos a nuestro bienestar en casa. Tomemos hoy unos minutos más para disfrutar el desayuno en familia antes de que cada uno emprenda su rumbo. Miremos a la mesa y recordemos por qué Golder escogió el lema «trabajo seguro, hogar seguro» para recordar a su gente la importancia de volver a salvo a casa cada día. Recordemos a nuestras familias la importancia del cuidado, pidamos a los niños que se aseguren de cruzar por pasos peatonales, que se tomen las cosas con calma camino al colegio, que se paren atrás en el andén de la estación o lejos del borde de la vereda mientras esperan el cambio de luz en el semáforo. Pidamos a un integrante de la familia o a un amigo que nos ayude cuando revisemos los vehículos antes de salir: ¿Funcionan todas las luces? ¿Las ruedas tienen aire? ¿Las ventanas están limpias y transparentes? Estas pequeñas cosas podrían evitar una lesión o algo peor.

El mismo trayecto a diario

Camino al trabajo, evaluemos cuán segura se ha vuelto nuestra rutina de viaje y en dónde podríamos estar saltándonos medidas de seguridad. ¿Hemos cumplido al pie de la letra la regla de no usar el teléfono mientras manejamos? ¿Necesitamos realmente tomar café mientras manejamos?  Disminuyamos la velocidad ante la luz amarilla en vez de acelerar. Pongamos atención a las distintas velocidades máximas y recordemos que su función es protegernos a nosotros y a los demás. No nos estresemos por los atrasos, el tráfico, otro conductor o el reloj en el tablero. Esta forma de pensar no solo mejora la seguridad y evita posibles lesiones o pérdidas, sino que también elimina tensiones y promueve nuestro bienestar.

Saludos

Una rutina que parece haberse perdido en el mundo ajetreado de hoy es tomarse un momento para conversar con otra persona. Saludemos a un colega en la oficina, en el laboratorio, en el campo o en el sitio antes de comenzar a trabajar o a revisar el correo; preguntemos a un colega cómo estuvo su día después del trabajo y mostremos interés en la conversación. Recordemos que si tienen alguna preocupación que les gustaría compartir, esto los aliviará y probablemente no aumentará nuestra propia carga. Mostremos presencia y compromiso, conexión, riamos; ese momento puede ser tan valioso como preparar a nuestro equipo para la reunión sobre riesgos.

El trabajo de un día

Tengamos presente nuestro bienestar a lo largo del día. A medida que avance el día, busquemos oportunidades de levantarnos de la silla y alejarnos de la pantalla. Demos una vuelta a la manzana; despejemos la mente; tomemos un vaso de agua o tres; conversemos con un compañero de oficina por cinco minutos; almorcemos con los demás y no en nuestro escritorio. Al avanzar el día, tengamos presente la fatiga y tomemos medidas para vigorizarnos y refrescarnos. Una mente fatigada puede tomar malas decisiones y un cuerpo cansado tiene más probabilidades de sufrir un accidente. Pensemos en nuestro viaje a casa. Si vamos a salir tarde, llamemos para avisar antes de salir en vez de estresarnos por el tráfico o conducir demasiado rápido.

Trabajo seguro, hogar seguro

Finalmente, tal vez pensemos que no podemos prevenir todos los accidentes posibles, pero mantenernos presentes, conscientes y trabajar para crear el entorno más seguro posible es nuestra mejor oportunidad de trabajar seguros y regresar sanos y salvos a casa todos los días. Hagamos una pausa antes de cada actividad. Analicemos y tomemos en cuenta los elementos que conforman las rutinas igual como lo haríamos en una actividad nueva, prestando atención a todos los detalles, y siempre recordemos estar atentos a nuestro entorno. Puede que estemos haciendo todo de manera segura, ¡pero no todos han combatido la confianza excesiva con la misma atención que nosotros!

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