El software FracMan®, patentado por Golder, se está utilizando para dar luces sobre los impactos de las actividades de la industria del petróleo y del gas en los Estados de Texas y Oklahoma en Estados Unidos. A partir de esto, ambos gobiernos estatales esperan diseñar la normativa y mejores prácticas para proteger a las personas y al medioambiente sin impedir que la industria funcione de manera eficiente.
La preocupación se centra en el hidrofracturamiento—un método cada vez más común de recuperación de petróleo y gas que consiste en perforar pozos de manera horizontal a través de roca con hidrocarburos, y luego bombear agua mezclada con aditivos y llevarla hasta un pozo a alta presión para crear fracturas en la roca—de tal manera que el petróleo y el gas fluyan por el pozo hacia la superficie.
La técnica del hidrofracturamiento no ha estado exenta de controversias. Por un lado, se le reconoce que genera recursos considerados no rentables para la extracción convencional de petróleo y gas, lo que para muchos países representa la posibilidad de lograr una mayor autosuficiencia energética. Por otro lado, muchos grupos ecologistas, dueños de propiedades y otros grupos de interés están preocupados por el potencial impacto medioambiental y en la salud que genera la práctica del hidrofracturamiento.
La Oficina de Geología Económica de la Universidad de Texas, una unidad de investigación de la Universidad de Texas, encargó a Golder el estudio de uno de esos posibles impactos: alteraciones sísmicas. En muchos casos, la actividad sísmica inducida no es causada por el hidrofracturamiento en sí, sino por la eliminación de grandes volúmenes de agua utilizada en el proceso. Esta agua, que contiene aditivos usados en el proceso de fracturación, se inyecta a través de los pozos hacia zonas que se encuentran a gran profundidad para evitar cualquier impacto al suministro de agua potable.
Debido al profundo conocimiento de Golder sobre la geomecánica e hidrología de rocas fracturadas y falladas, se nos encargó ayudarles a comprender mejor qué ocurre cuando el agua residual se fuerza hacia fallas geológicas existentes. La inyección reiterada tiene el potencial de aumentar la presión del agua de los poros en las fallas, causando su resbalamiento, lo que posiblemente resulte en movimientos sísmicos.
Golder se unió al estudio de un consorcio de Bend Arch – Fort Worth Basin, un sistema productor de petróleo a gran escala en el norte de Texas y el sur de Oklahoma. El equipo de Golder analizó los datos sobre la ubicación, orientación y tamaño de las fallas en la Cuenca, utilizando los datos recopilados por la Oficina de fuentes públicas y estudios de afloramiento específicos. Posteriormente utilizó el software FracMan®, que ayuda a generar modelos computarizados tridimensionales de fallas y fracturas de la roca del subsuelo, para generar dos modelos alternativos que pudieran ofrecer a la Oficina los datos necesarios para mejorar el diseño de disposición. Golder mejoró los modelos generados por FracMan® para ajustarse a los métodos que ya estaba utilizando el equipo de la Oficina.
El siguiente paso será utilizar estos hallazgos para elaborar documentación en borrador dirigida a las autoridades normativas y operadores en Texas, con el fin de apoyar el desarrollo de una normativa y mejores prácticas factibles que proporcionen el nivel adecuado de protección en lo pertinente a las perturbaciones sísmicas.
El trabajo de Golder podría tener otras aplicaciones, ya que lo aprendido en estos estudios podría ayudar a guiar la práctica y directrices del hidrofracturamiento en otras partes del mundo. Muchos países han retrasado el uso de la técnica de hidrofracturamiento hasta contar con más estudios sobre los posibles impactos en las personas y el medioambiente.
Con una mejor comprensión del potencial de que haya sismicidad inducida y las herramientas para ayudar a diseñar estrategias de inyección adaptadas a la geología local, podría ser posible extraer más recursos energéticos de forma segura y responsable con el medioambiente.